Cada botella de Huella de Zorro cuenta una historia de la Patagonia: de su clima, su tierra y su gente. Pero hay una historia que es la más importante de todas, la que le da a nuestro whiskey su alma: la historia de la persona que lo soñó y lo hizo realidad.

Hoy, queremos que conozcas a Gabriel Carrizo, el fundador y el corazón de nuestra marca.


 

La chispa en la Patagonia

 

La idea de crear Huella de Zorro no nació en una oficina, sino en un momento de tranquilidad, regando el césped un día de verano. En ese entonces, Gabriel ya era un apasionado de los destilados, con una pequeña nano-fábrica de cerveza de estilo belga. Pero fue en ese simple instante cuando la idea del whiskey, un destilado que requiere tiempo y paciencia, se encendió.

Huella de Zorro no es solo un negocio; es la culminación de un largo recorrido profesional y personal. Como dice el mismo Gabriel, es "la suma de todos mis conocimientos, aciertos y aprendizajes durante toda mi vida". Es un proyecto que no surgió de la nada, sino que fue construido ladrillo a ladrillo con la pasión y el conocimiento adquirido a lo largo de los años.

 

Una historia de arraigo y movimiento

 

Aunque la marca nació en Comodoro Rivadavia, la historia de Gabriel con la Patagonia comenzó mucho antes. Nació en Caleta Olivia, se mudó de niño a Rada Tilly y, de adulto, se estableció en Comodoro. Este arraigo, esta conexión profunda con el sur, es la base de todo lo que hace.

Gabriel cree firmemente que "la Patagonia y su gente tiene mucho para ofrecer y no nos tenemos que quedar quietos". Es esta filosofía la que impulsa la marca. Un espíritu de movimiento, de innovación y de crecimiento constante que se refleja en cada botella, en un destilado que se atreve a ser diferente.

 

Los desafíos y las recompensas

 

El camino de un emprendedor, especialmente en el sur, está lleno de obstáculos. Para Gabriel, el mayor desafío no fue la producción, sino el paso crucial de conseguir la habilitación comercial para poder vender su producto. "Todo es a pulmón y fue un obstáculo duro de enfrentar", recuerda. Este proceso, lento y riguroso, solo sirvió para reafirmar su compromiso y su dedicación.

Pero cada desafío tiene su recompensa. Y para Gabriel, los momentos más gratificantes han sido dos. El primero fue al probar el primer lote. "Asimilar que detrás de todo ese proceso en el que estuve, varios ingredientes se transformaron en whiskey" fue una sensación de logro inigualable. El segundo fue la gran devolución que recibió de Tito Whiskey en su canal de YouTube, una validación externa que demostró que todo el esfuerzo valía la pena.

 

Un legado de pasión y libertad

 

Más allá de los obstáculos y los logros, el motor de este proyecto es la visión de Gabriel. Él quiere que cada persona que pruebe su whiskey, "se dé cuenta de todo el trabajo, la pasión, el conocimiento y sacrificio que lleva consigo Huella de Zorro". No es solo una bebida, es una historia embotellada.

Y esa historia tiene una frase que la resume a la perfección: "Huella de zorro, hecho para disfrutar libre de restricciones." Es una invitación a romper las reglas y a disfrutar del whiskey a tu manera, sin presiones ni convenciones. Es también un legado para su familia, un pilar fundamental para el sostén de los suyos y un sueño que espera dejarle a su hija.

La próxima vez que sirvas una copa de Huella de Zorro, no solo estarás probando un whiskey de la Patagonia, estarás probando la historia de Gabriel, su dedicación y su sueño convertido en realidad.